jueves, 7 de mayo de 2009

¿Por qué ser participe de las cruzadas?

¿Qué significado tenía el acudir a las cruzadas? ¿Por qué responder al llamado del papa? ¿Por qué arriesgar la vida lejos del hogar? ¿Cómo se puede justificar una empresa de tales dimensiones? ¿A caso fue el resultado del odio, de la devoción, de la fe llevada al extremo? Para responder a estas cuestiones tendríamos que tener presente el contexto en que ocurrieron los hechos. En primer lugar debemos de pensar que los hombre que acudieron a las cruzadas, en especial a la primera, realmente pensaban que estaban cumpliendo una orden dada por Dios, una orden dada directamente por su máximo representante en la Tierra, el papa Urbano II. En segundo lugar tendríamos que recordar los beneficios que se obtenían al participar en las cruzadas, beneficios tanto terrenales como de carácter espiritual. Y por ultimo, el objetivo principal, recuperar tierra santa.

¿Podríamos juzgar el actuar de los soldados cruzados? Si bien no podemos justificar las matanzas que llevaron a cabo, al menos sí podemos entender los motivos que los llevaron a cometer tales actos. Muchas personas han calificado a las cruzadas como actos barbaros, pero ¿qué guerra no lleva a cabo actos barbaros? Los motivos cambian, pero las guerras continúan, lo cual no quiere decir que se justifiquen.
¿Qué nos haría a nosotros participar en una cruzada, en una guerra? ¿Qué actos llevaríamos a cabo para cumplir nuestros objetivos?